jueves, 4 de mayo de 2023

¿QUIÉN DIJO MIEDO? (TEXTO)

 

 


¿Quién Dijo Miedo?

 

 

Comedia dramática en un acto

 

 

 

 

 

 

Escrita Por:

FELIPE ACOSTA

 

 

 

 

 

Tegucigalpa M.D.C., Honduras C.A.

Septiembre, 2007

 

 

 

 

 

 

 

Todos los derechos reservados

Se prohíbe su reproducción en cualquier forma, así como el montaje para representaciones públicas o privadas con fines comerciales,  sin el permiso por escrito del autor.

 


 

¿Quién Dijo Miedo?

 

 

Escrita para el Grupo Teatral Waruguma (Estrella) de la comunidad de Ciriboya, Municipio de Iriona, Colón.

Septiembre 2007

 

           

Personajes:

 

Marta: Una joven del pueblo.

Pedro: Joven del pueblo. Novio de Marta.

Karina: Amiga de Marta.

Juana: Amiga de Marta.

Javier: Amigo de Pedro.

María: Amiga de Pedro.

Doña Ana: Mamá de Marta.

Don Toño: Papá de Marta.

Rossy: Hermana de Marta.

German: Hermano de Marta.

Antonia: Hermana de Marta.

Doctor Ramón: Médico del Hospital.

Doña Viviana: Mamá de Pedro.

Mariely: Hermana de Pedro.

Doña Catalina: Abuela de Pedro.

 

 

 

Registrada en la oficina Administrativa de derechos de autor y de los derechos conexos (Dirección General de Propiedad Intelectual), del Instituto de la Propiedad, bajo el Número 1059, Tomo 6 Folio 274, Resolución No.526/2009.

 

 

 


ESCENA I.

MARTA Y PEDRO.

La Conquista

 

Ambiente de recreo en el colegio. Al frente esta Marta, sentada sobre un pedazo de tronco cortado, escribiendo algo en un cuaderno. Después de un momento se le acerca Pedro. Al principio, Marta le presta atención a medias, sin descuidar lo que hace.

 

PEDRO: Hola, Marta.

 

MARTA: Hola, Pedro.

 

PEDRO: ¿Cómo has estado?

 

MARTA: Bien, ¿y vos?

 

PEDRO: Bien. No te he visto en el barrio. Vivimos al lado y te veo más aquí, en el colegio.

 

MARTA: Sí, es porque le he estado ayudando a mi mamá a arreglar algunas cosas, entre eso y hacer las tareas del colegio, no me ha quedado tiempo de salir ni al patio.

 

PEDRO: Ya. ¿Querés un poco de mi refresco? (Le acerca una botella a medio beber.)

 

MARTA: No, gracias… Mi mamá dice que tomo demasiados refrescos de botella y que me voy a poner fea.

 

PEDRO: A mí me gustás…

 

MARTA: A mí también, pero…

 

PEDRO: Quiero decir que a mí me gustás vos y no creo que vayás a ponerte fea.

 

MARTA: Gracias, de todos modos prefiero tomar agua. Por si acaso.

 

PEDRO: Está bien. ¿Y ya estás lista para los exámenes parciales?

 

MARTA: Sí. ¿Y vos?

 

PEDRO: También, me ha ido muy bien en los acumulativos, fijate que si saco buenas notas, ya casi paso el año sin preocuparme mucho en el último parcial.

 

MARTA: ¿Sí?, yo también. Si paso el año con promedio arriba de 80, me van a mandar a estudiar bachillerato a La Ceiba.

 

PEDRO: ¿De verdad? Yo también quiero irme a La Ceiba a estudiar Comercio.

 

MARTA: ¿Y vos tenés familia en La Ceiba?

 

PEDRO: Sí, un hermano de mi mamá. ¿Y vos?

 

MARTA: Una tía y un tío, hermanos de mi papá.

 

PEDRO: ¿De verdad no querés un poco?

 

MARTA: No, gracias, de verdad…

 

PEDRO: Bueno… (Pausa) ¿Te puedo hacer una pregunta?

 

MARTA: Sí, claro.

 

PEDRO: Bueno… Primero tengo que decirte que yo… Bueno, que vos me gustás mucho… Eso ya te lo dije. Y que… me gustaría saber si vos… tal vez quisieras… no sé… que si vos y yo… bueno… ¿me entendés? (Pausa.)

MARTA: No.

 

PEDRO: Claro. ¿Cómo me vas a entender si yo… no…?

 

MARTA: ¿Qué es lo que querés preguntarme?

 

PEDRO: Bueno, pues… que si vos… ¿querés ser mi novia?

 

Marta resbala del tronco y cae al suelo. Se levanta muy apenada con la ayuda de Pedro. Ella comienza a sacudirse la falda, Pedro decide ayudarla a sacudirse, pero Marta no lo permite, golpeándole la mano con la palma de la suya.

 

PEDRO: Perdón, no quise…

 

MARTA: Perdé cuidado, pero no es necesario, yo… puedo sola… (Ella se siente avergonzada, pero sonríe, el comienza a reír tímidamente, poco a poco los dos aumentan la risa, hasta lograr calmarse.) Perdonáme, es que yo… no me lo esperaba. Y…

 

PEDRO: Está bien… no te preocupés… (Pedro recoge y le entrega el cuaderno y el lápiz que cayeron al suelo con Marta. Ella vuelve a sentarse. Ambos sonríen. Pausa.) ¿Y entonces?

 

MARTA: ¿Sí?, ¿qué?

 

PEDRO: No me has contestado.

 

MARTA: ¿Qué cosa?

 

PEDRO: (Pedro hace como si cuidara de que Marta no vaya a caerse) ¿Qué si querés ser mi novia?

 

MARTA: Ahhh. ¿Eso?

 

PEDRO: Sí, eso.

 

MARTA: Pero… Según me han dicho, vos ya tenés novia.

 

PEDRO: Sí… Bueno… No, ahora ya no. Tenía novia, pero ya terminamos.

 

MARTA: ¿De verdad?

 

PEDRO: De verdad. (Levantando la mano) Te lo juro.

 

MARTA: ¿Y ella ya lo sabe?

 

PEDRO: ¿Qué cosa? ¿Quién?

 

MARTA: Tu novia… O ex-novia, ¿Ya sabe que terminaron?

 

PEDRO: ¿Cómo?

 

MARTA: A veces ustedes los hombres deciden terminar y sólo se van sin hablar. Así que una no sabe que ustedes ya decidieron terminar. Y una sigue pensando que tiene novio. ¿Me entendés?

 

PEDRO: No. Digo sí… sí… te entiendo. Pero no es mi caso. Nosotros sí lo hablamos y esta claro que ya no somos novios.

 

MARTA: Eso me parece bien. (Pausa.)

 

PEDRO: ¿Y entonces?

 

MARTA:¿Entonces que?

 

PEDRO: ¿Vos… y yo…?

 

MARTA: Ahhh. Bueno tengo que pensarlo… yo…

 

PEDRO: ¿Cuánto?

 

MARTA: ¿Cuánto qué?

 

PEDRO: ¿Cuánto tiempo tenés que pensarlo?

 

MARTA: No sé…

 

PEDRO: Bueno… Entonces mañana te voy a preguntar otra vez… (Pedro le extiende la mano, Marta le ofrece la suya y Pedro la besa caballerosamente.) Nos vemos luego.

 

Marta queda a solas, respira profundo. Suena la campana del colegio para indicar que terminó el recreo y Marta vuelve a caer al suelo. Se levanta, se sacude, ríe y sale corriendo a clase.

 

ESCENA II.

MARTA, KARINA Y JUANA. PEDRO, JAVIER Y MARÍA

Los consejos de los amigos.

 

Marta, Karina y Juana se juntan al extremo izquierdo del escenario. Pedro Javier y María al extremo derecho. Cada grupo conversa sin interactuar con el otro, como si estuvieran en espacios y momentos distintos. Todos traen y examinan una hoja de papel, con las notas del recién pasado parcial de exámenes.

 

KARINA: (A Marta.) ¿Y a vos cómo te fue?

 

MARTA: Muy bien, pasé todas las clases, por ahora llevo súper buen promedio.

 

JUANA: Qué suerte.

 

MARTA: ¿Suerte? Suerte no, mijita, para tener esto he estudiado mucho, ustedes deberían hacer lo mismo.

 

KARINA: Pero quien te ha dicho que no estudiamos, lo que pasa es que las cosas no se nos quedan como a vos.

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

MARÍA: Es que a mí no me entran las matemáticas.

 

JAVIER: Son fáciles, si me dejaras explicarte, verías que podrías mejorar la nota.

 

MARÍA: No, vos querés estudiar conmigo para otra cosa… ya te conozco mosco.

 

JAVIER: Ay, mi amor… pero si sólo te pido unos besitos y cariñitos extra, nada que no querrás hacer. ¿Verdad, Pedro?

 

PEDRO: (Que ha estado viendo sus calificaciones.) ¿Qué?

 

JAVIER: Que no les pedimos nada que no quieran hacer.

 

PEDRO: Claro que no.

 

MARÍA: ¿Y Marta ya hizo el amor con vos?

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

JUANA: Te tenías bien calladito que andás de novia con Pedro.

 

KARINA: Sí… sos una mala amiga, no nos habías contado.

 

MARTA: Sólo somos novios hace 3 semanas.

 

JUANA: Eso puede ser toda una vida.

 

KARINA: Dicen que es buenísimo…

 

MARTA: ¿Buenísimo? ¿Para qué?

 

JUANA: Pues para… eso… bueno, vos ya sabés…

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

JAVIER: Que se me hace que con ella no vas a poder.

 

PEDRO: Sólo es cuestión de paciencia.

 

MARÍA: Ustedes dos me caen mal.

 

JAVIER: ¿Por qué, mi amor?

 

MARÍA: (Burlándose de él.) ¿Por qué, mi amor? (Seria.) Porque hablan de nosotras como si solo sirviéramos para tener relaciones sexuales.

 

JAVIER: Eso no es cierto, también sirven para cocinar, para barrer, para trapear…

 

MARÍA: Son unos tontos. Nosotras también hacemos muchas otras cosas, somos inteligentes, fuertes, estudiamos y trabajamos como ustedes.

 

PEDRO: Eso es muy cierto. Pero lo de tontos decílo por Javier, yo me aparto. Es cierto que he dormido con mis novias, pero nunca les he faltado el respeto. Y tampoco han sido tantas mujeres, ni sé de donde tengo esa fama.

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

KARINA: Yo que vos, no lo pienso tanto.

 

JUANA: Dicen que terminó con Celeste porque ella no quiso hacer el amor con él.

 

MARTA: Pues ella está en su derecho de decidir y él debería respetar eso.

 

JUANA: Sí, eso no se niega. Pero si no la hubiera respetado, la habría agarrado a la fuerza.

 

KARINA: Lo cierto que si yo estuviera en tu lugar…

 

MARTA: (A Juana.) ¿Vos tenés relaciones con tu novio?

 

JUANA: Yo sí.

 

MARTA: (A Karina) ¿Y vos?

 

KARINA: Pues claro… Cuál es el problema, ya tenemos 15 años.

 

JUANA: Bueno yo 16…

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

JAVIER: Bueno… Pero… ¡No te pongás tan brava!

 

MARÍA: Es que ustedes sólo viven pensando en esas cosas.

 

PEDRO: Bueno y a fin de cuentas de qué te quejas tanto. ¿Ah? Si no te gusta, ¿por qué te acostás con Javier?

 

JAVIER: ¡Hey, hey cálmense…!

 

MARÍA: Pues…

 

PEDRO: Porque te gusta… o ¿acaso Javier te obliga?

 

MARÍA: Claro que no.

 

JAVIER: Nunca, yo nunca he obligado a nadie. ¿Verdad, mi amor? Mejor nos vamos, no me…

 

PEDRO: Pues entonces no te hagás la santa. Si no querés hacerlo, pues no lo hagás y punto, pero no te metás en las cosas de los demás.

 

JAVIER: No le hagás caso, Pedro está…

 

MARÍA: No, no, no… Tiene razón… Creo que ya no quiero hacerlo más. (María se levanta y se va.)

 

JAVIER: (A Pedro) Púchica, hermano, ahora si me fregaste. (Grita siguiendo a María) ¡María…!

 

Mientras el otro grupo de amigos, al otro extremo del escenario.

 

MARTA: ¿Y no les da miedo?

 

KARINA: ¿Miedo? ¿Quién dijo miedo? ¿Por qué?

 

MARTA: Parece que no han puesto atención a las charlas que nos dan en el colegio… Por cualquier enfermedad de transmisión sexual, por un embarazo…

 

JUANA: Pues la que parece que no ha puesto atención sos vos. Mijita, para eso están…

 

KARINA: ...los condones.

 

JUANA: Porque eso sí, sin condón, no hay nada.

 

KARINA: Pedro vale la pena, es inteligente, tiene buenas notas…

 

JUANA: Quiere estudiar en la Universidad.

 

KARINA: Es buen partido, no deberías perderlo sólo por negarle…

 

Marta se ha quedado muda, Karina y Juana sonríen con picardía. Y suena la campana. Las tres se levantan Karina y Juana van empujando a María, jugando con ella, hasta salir.

 

ESCENA III.

MARTA, DOÑA ANA, DON TOÑO, ROSSY, GERMAN Y ANTONIA.

Sintiéndose mal.

 

En escena se colocan una mesa y dos sillas. Entran Rossy y German, discutiendo.

 

ROSSY: Te digo que me devolvás mi lápiz.

 

GERMAN: Te digo que éste no es tu lápiz.

 

ROSSY: Si es mío, yo lo conozco.

 

GERMAN: Y yo conozco el mío, y éste es.

 

DOÑA ANA: (Entrando, trae un azafate con cuatro vasos con  leche  y dos tazas de café.) ¿Por qué están peleando ahora?

 

ROSSY: Mamá, decíle a German que me devuelva mi lápiz.

 

DOÑA ANA: ¡German!

 

GERMAN: Mamá, este lápiz es mío.

 

ROSSY: ¡No es cierto, mamá! Éste es mi lápiz.

 

DOÑA ANA:   A ver… (Le entrega a German un vaso con leche, y le pide el lápiz.) ¿De donde lo sacaste?

 

GERMAN: De mi mochila.

 

DOÑA ANA: (Entregándole otro vaso a Rossy.) ¿Y antes de eso?

 

GERMAN: Estaba haciendo mis tareas.

 

DOÑA ANA: (Tomando para ella una taza con café.) ¿Y antes de eso?

 

GERMAN: De mi mochila, y lo tenía en mi clase, y antes en mi mochila, y antes, haciendo tareas, y antes en mi mochila, y antes en mi clase, y antes en mi mochila…

 

DOÑA ANA:   Ya, ya, ya… (Gritando hacia el interior de la casa.) ¡Antonia! ¡Marta! ¡Vengan a tomar su leche! Y vos Rossy: ¿En dónde dejáste el lápiz la última vez?

 

ROSSY: En mi mochila… pero yo vi cuando German lo sacó.

 

GERMAN: ¡No es cierto! ¡Yo lo saqué de mi mochila!

 

DON TOÑO: (Entrando.) ¿Puedo saber por qué gritan tanto?

 

GERMAN: ¡Es que Rossy dice que yo le quité el lápiz, y es mentira!

 

ROSSY: ¡No, no es mentira, vos me lo quitaste!

 

DOÑA ANA:   Lo de siempre… ya ves que te digo, es mejor comprarles lápices diferentes. (Gritando.) ¡Antonia, Marta! (Le entrega a Don Toño, la otra taza con café.)

 

DON TOÑO: Pero, mujer, salen más baratos comprándolos por docena, y para eso, por fuerza tienen que ser iguales.

 

ANTONIA: (Entrando) ¡Mamá, no encuentro los zapatos de la escuela!

 

DOÑA ANA: Están afuera por la puerta de la cocina. Ayer los traías llenos de arena. (Le entrega a Antonia un vaso con leche)

 

MARTA: (Entrando) ¡Buenos días! (Le da un beso a su papá)

 

DON TOÑO: Buenos días, hija.

 

DOÑA ANA: Buenos días. (Le entrega un vaso de leche)

 

ROSSY: ¡Papá, decíle a German que me dé mi lápiz!

 

DON TOÑO: (A Marta.) ¿Y vos no has perdido nada?

 

MARTA: No que yo sepa.

 

DON TOÑO: Por lo menos una, aquí parece que a todo el mundo se le pierde algo.

 

DOÑA ANA:   (A Marta.) Antes de irte al colegio, me dejás doblada y guardada tu ropa.

 

MARTA: Sí, mamá.

 

DOÑA ANA:   Y vos, Antonia, andá buscá y te ponés los zapatos, ya es hora de que se vayan a la escuela. (Antonia sale, después de ella sale Marta.)

 

ROSSY: ¿Y mi lápiz?

 

DON TOÑO: German…

 

GERMAN: ¿Por qué nunca me creen? ¡Ése es mí lápiz!

 

DON TOÑO: Rossy, ¿a dónde dejaste tu lápiz?

 

ROSSY: En mi mochila.

 

DON TOÑO: A ver… traéme tu mochila.

 

DOÑA ANA: Si en vez de ahorrar un par de Lempiras, compraras lápices diferentes, nos ahorraríamos los pleitos y los gritos. (Rossy le entrega su mochila a Don Toño.)

 

DON TOÑO: (Comienza a revisar la mochila. Después de revisar un depósito.) ¡Nada por aquí! (Revisa otro.) ¡Nada por acá! (Revisa otro.) ¡Ajá! Abracadabra… (Sacando el lápiz.) ¡Lápiz de cabra!

 

GERMAN: Ya vieron, que Rossy es la mentirosa y a mí siempre me echan la culpa.

 

DOÑA ANA: (Le devuelve el lápiz a German.) Bueno, ya, ya esta bien, que ya es hora de irse a la escuela.

 

ANTONIA: (Entrando.) Mamá, Marta está vomitando.

 

DON TOÑO:   Ya decía yo… ahora la otra perdió el estómago.

 

DOÑA ANA: Bueno, ya voy a verla, ustedes vayan caminando, Marta se irá después. (Rossy, Gérman y Antonia se quedan parados.) ¡Vayan les digo! (Siguen sin obedecer.)

 

DON TOÑO:   (Levantándose de la silla, amenaza con sacarse la faja.) Parece que sólo hay una forma de hacerlos reaccionar. (Los tres salen corriendo y gritando.) ¿Por qué tuvimos que tener cuatro hijos?

 

DOÑA ANA: No los hice yo sola…

 

DON TOÑO: Todavía podríamos tener unos dos más…

 

DOÑA ANA: ¿Qué? ¿Y vos los vas a parir? (Los dos ríen.)

 

DON TOÑO: Podríamos adoptarlos (Continúa riendo.)

 

DOÑA ANA: (Se pone seria.) ¡Estás loco!  

 

MARTA: (Entrando.) Ya me voy… adiós, adiós.

 

DOÑA ANA: Esperáte, Marta… Dice Antonia que estabas vomitando.

 

MARTA: ¿Quién, yo?

 

DOÑA ANA: Sí, vos.

 

MARTA: Pues no… sólo fue que… me dio un poco de asco… la pasta de dientes. Pero no vomité nada.

 

DOÑA ANA: ¿Estás segura? (Doña Ana comienza a acercársele.)

 

MARTA: (Rápido, evitando a su mamá.) Sí, segura. Nos vemos, tengo que entregar una tarea temprano.

 

DOÑA ANA: Creí que eran cosas mías.

 

DON TOÑO: ¿Qué cosas?

 

DOÑA ANA: Le he sentido un sabor extraño a esa pasta de dientes que compraste.

 

DON TOÑO: Pues si, deben ser cosas tuyas.

 

DOÑA ANA: (Recoge el azafate, vasos y platos.) Ay, Toño… un día de estos nos vas a envenenar con esas porquerías baratas que andás comprando…

 

DON TOÑO: Ya sé qué hacer con los lápices. Vamos a ponerles cintas de colores. Un color diferente para cada uno.

 

DOÑA ANA: Mejor vení, necesito que me arreglés el lavatrastos, a ver te explico… Y traéme el mantel que hay que lavarlo (Don Toño quita el mantel de la mesa y sale detrás de Doña Ana.)

 

ESCENA IV.

MARTA, DOCTOR RAMÓN.

La primera Consulta.

 

Entra el doctor, coloca la mesa y las sillas para atender a los pacientes, trae algunos papeles y expedientes. Comienza a revisar alguno.

 

MARTA: (Apareciendo por un lateral. Tímida.) Buenos días, doctor.

           

DOCTOR: Buenos días. (Continúa en lo que estaba. Marta sigue parada sin decir nada. Pausa.) ¿Sí? ¿Qué desea?

 

MARTA: Es que… quería que…

 

DOCTOR: ¿Necesitás consulta?

 

MARTA: Sí.

 

DOCTOR: Ah… Bueno primero tenés que anotarte con la enfermera, ella te va a decir cuando podés pasar.

 

MARTA: Es  que… no hay nadie…

 

DOCTOR: (Levantándose a ver.) ¿A no? Qué raro, allí estaba hace un momento. ¿Podés esperarla?

 

MARTA: Bueno, es que… tengo que llegar al colegio y entregar una tarea que cuenta para el parcial. (Pausa.)

 

DOCTOR: (Que la ha observado con atención.) A ver pues… después te anotamos. Te ves pálida.  Sentáte allí. (Ambos se sientan. El Doctor busca y encuentra un formulario de consulta.) ¿Cómo te llamás?

 

MARTA: Marta…

 

DOCTOR: ¿Sí?

 

MARTA: Sí.

 

DOCTOR: ¿Marta qué? ¿Cuál es tu apellido?

 

MARTA: Cacho.

 

DOCTOR: (Escribiendo.) ¿Ya has venido antes a consulta?

 

MARTA: Sí… con el doctor que estaba antes.

 

DOCTOR: A ver pues, ¿qué es lo que te pasa?

 

MARTA: Es que creo que estoy algo enferma del estómago.

 

DOCTOR: ¿Ah si?, ¿y eso porqué?

 

MARTA: Porque hace días que tengo mucha vasca, y he vomitado varias veces.

 

DOCTOR: Ajá. ¿Y qué más?

 

MARTA: No, sólo eso…

 

DOCTOR: (Se levanta para examinarla.) Paráte un momento… (Le palpa el estómago) ¿Y alguien más en tu casa se ha sentido mal del estómago?

 

MARTA: No, creo que no.

 

DOCTOR: ¿Te duele aquí?

 

MARTA: No.

 

DOCTOR: ¿Y aquí?

 

MARTA: No

 

DOCTOR: ¿Y le has sentido un sabor o un olor raro a algo que has comido?

 

MARTA: No, no me acuerdo…

 

DOCTOR: (Le revisa las pupilas.) A ver sacá la lengua. (Observa y hace un gesto de aprobación.) ¿Te has sentido mal aliento?

 

MARTA: No, tampoco.

 

DOCTOR: ¿Diarrea?

 

MARTA: No.

 

DOCTOR: (Pensativo.) ¿Y te has sentido… como cansada?

 

MARTA: Eso sí… un poco.

 

DOCTOR: ¿Y una sensación rara, como por aquí (señalando su propio vientre.) debajo del estómago?

 

MARTA: Algo…

 

DOCTOR: (Regresa a sentarse.) ¿Y cuándo te vino la menstruación por última vez?

 

MARTA: Ahhh… No sé… Creo que…

 

DOCTOR: ¿Sabés si ya te debió haber venido otra vez?

 

MARTA: Tal vez… no… (Pausa. Cada vez va poniéndose más tensa.)

 

DOCTOR: (Trata de parecer natural y amable.) ¿Cuántos años tenés?

 

MARTA: Quince.

 

DOCTOR: Quince. ¿Y ya tenés novio?

 

MARTA: (Apenada.) Sí…

 

DOCTOR: … ¿Y cómo se llama?

 

MARTA: Pedro.

 

DOCTOR: Y decíme una cosa. ¿Has tenido relaciones sexuales con él?

 

MARTA: (Fijando la mirada en el suelo.) No.

 

DOCTOR: ¿O con otra persona?

 

MARTA: (Igual.) No. Con nadie.

 

DOCTOR: Marta, miráme… (Pausa.) Por favor… (Marta lo mira.) Es mejor que me digás la verdad. Sólo puedo ayudarte si vos me decís la verdad. ¿Entendés? (Marta asiente con la cabeza.) Bueno, entonces… ¿has tenido relaciones sexuales con alguna persona?

 

MARTA: Con mi novio.

 

DOCTOR: ¿Y han usado protección?

 

MARTA: Hemos usado condón… casi siempre…

 

DOCTOR: Casi siempre, o sea que a veces no.

 

MARTA: Como dos… o tres veces que no…

 

DOCTOR: ¿Has recibido charlas de educación sexual, verdad?

 

MARTA: Sí.

 

DOCTOR: Entonces, ¿sabés que has estado en riesgo de quedar embaraza… o de contraer una enfermedad de transmisión sexual? (Marta asiente con la cabeza.) Bueno, vamos a tener que hacerte unas pruebas. ¿Desayunaste?

 

MARTA: Solo tomé un poquito de leche, pero vomité.

 

DOCTOR: (Hace algunas anotaciones en la hoja de consulta.) Esperá un momento a la enfermera, ella te va indicar lo que tenés que hacer. ¿Está bien?

 

MARTA: (A punto de llorar.) Sí.

 

DOCTOR: Bueno tranquila… Y que necesito que regresés mañana por los resultados. Pero… Es necesario que vengás con tu mamá. ¿Entendido?

 

MARTA: Sí, doctor.

 

DOCTOR: Y no te preocupés, que aquí estamos para ayudarte. (Salen.)

 

ESCENA V.

PEDRO, MARIELY, DOÑA VIVIANA Y DOÑA CATALINA.

La familia de Pedro.

 

Entra Mariely cantando y bailando en voz alta. Trae un mantel (Diferente al que vimos en casa de doña Ana) que coloca sobre la mesa. Trae otra silla, que coloca aparte de la mesa. En ella se sentará la abuela Doña Catalina.

 

D. VIVIANA: (Entrando con una paila y un pantalón.) Ay, Mariely, que parece que estuvieras loca.

 

MARIELY: ¿Por qué?

 

D. VIVIANA: Pegando esos alaridos.

 

MARIELY: ¿Cuáles alaridos? Estoy cantando.

 

D. VIVIANA: Si a eso le llamás cantar… Necesito que me ayudés con esto. (Le pasa una paila con frijoles para limpiarlos. Ella, mientras tanto, le hará ruedo a los pantalones.)

 

MARIELY: Ay… no,  mamaaaaaaaaaaaaá.

 

D. VIVIANA: Ay… sí, mijaaaaaaaaaaaaaaaa. Y rápido que hay que ponerlos a cocer.

 

MARIELY: Tengo que estudiar.

 

D. VIVIANA: Cuando terminés con eso, te ponés a estudiar.

 

D. CATALINA: (Camina ayudada por un bastón. Trae un periódico y se sienta a leerlo.) Parece que el mundo no ha cambiado en tantos años.

 

D. VIVIANA: ¿Por qué decís eso?

 

D. CATALINA: Ahora se ve lo mismo que en Sodoma y Gomorra. Sino peor.

 

MARIELY: Ay abuela, que exagerada.

 

D. CATALINA: ¿Exagerada yo? Sólo hay que mirar el periódico para ver. Y aquí mismo, el sábado estuvieron de fiesta hasta tardísimo en el centro comunal. Ya no les importa que una tenga que levantarse temprano el domingo para ir a misa. Claro, como ellos no van…

 

D. VIVIANA: Bueno. ¿Y Pedro en dónde se ha metido? No vino a almorzar después de que salieron del colegio. 

 

MARIELY: ¡Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

 

D. VIVIANA: ¿Y eso que quiere decir?

 

MARIELY: Nada, mamá.

 

D. VIVIANA: ¿Vos sabés en dónde anda?

 

D. CATALINA: Creo que dijo que tenía que ir a estudiar, o a hacer un trabajo. De verdad que tiene ganas de seguir estudiando. Eso es bueno.

 

D. VIVIANA: Eso sí. (A Mariely.) ¿Y entonces?

 

MARIELY: Lo más seguro es que se la ha pasado toda la tarde con Marta.

 

D. VIVIANA: ¿Cuál Marta?

 

MARIELY: Marta, la vecina.

 

D. VIVIANA: ¿La hija de Doña Ana?

 

MARIELY:      Ajá. ¿No le ha contado que son novios?

 

D. VIVIANA: No.

 

D. CATALINA: Ave María, ese muchacho sí que cambia mucho de novia. Eso si que no es bueno.

 

D. VIVIANA: ¿Y eso desde cuándo?

 

MARIELY:      Desde hace como dos meses, que yo sepa, no sé si desde antes…

 

D. VIVIANA: Hmmm. Y creo que Doña Ana tampoco sabe, esta semana estuvimos platicando más de una hora y no me dijo nada.

 

D. CATALINA: Eso tampoco es bueno.

 

MARIELY: ¿Platicar más de una hora no es bueno?

 

D. CATALINA: ¡No, muchacha!… eso de andarle escondiendo las cosas a los papás y a las mamás. Eso no es bueno. Yo siempre confié en mi mamá… en mi papá sí que no pude confiar mucho tiempo.

 

MARIELY: ¿Y eso por qué?

 

D. CATALINA: Pues porque yo estaba muy pequeña cuando el barco en que trabajaba se hundió. Todos se ahogaron. Así que a duras penas me acuerdo de él.

 

D. VIVIANA: Por lo menos Marta es también una buena estudiante. Doña Ana dice que si sale con un buen promedio, Don Toño la va a mandar a que siga estudiando en Ceiba.

 

D. CATALINA: Eso también esta bueno. Y así, si los dos se van para La Ceiba, Pedro no va a tener que cambiarla por otra novia.

 

D. VIVIANA: Y si no fuera así. ¿Por qué tendría que cambiarla?

 

D. CATALINA: Ay, mija, ya por experiencia deberías saber que: amor de lejos… bueno vos ya sabés…

 

MARIELY: Pues quién sabe…

 

D. VIVIANA: ¿Quién sabe qué?

 

MARIELY: Nada, mamá.

 

D. VIVIANA: A ver, a ver… vos sabés algo, ahora contáme.

 

MARIELY:      Mire, mejor pregúntele a él.

 

D. VIVIANA: Pues si le voy a preguntar, pero primero vos decíme lo que sabés.

 

MARIELY: (A regañadientes.) Pues en verdad que no mucho. En el colegio dicen que Marta ha estado bien rara. Hoy ni siquiera entró a clase, pero tampoco se fue para su casa, y solo mando a decirle a la mamá con una de sus compañeras, que después de clase se iba ir a hacer una tarea. Y si no me equivoco, Pedro se fue a acompañarla.

 

D. CATALINA: Eso no parece estar bien.

 

D. VIVIANA: Ahora decíme, que es lo raro que le han visto a Marta.

 

MARIELY: Ay, mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá…

 

D. VIVIANA: Hablaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá… (Pausa)

 

D. CATALINA: Pero yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…

 

MARIELY: Dicen que casi todo lo que come lo vomita y que a veces anda con antojos, como si… estuviera…

 

D. CATALINA: (Alegre) Ave María… Voy a ser bisabuela.

 

D. VIVIANA: ¡Mamá!

 

D. CATALINA: ¡Qué querés! Ya sé que no está bien… pero me alegra saber que voy a ser bisabuela.

 

D. VIVIANA: Sólo son un par de muchachos… Ni siquiera han terminado su secundaria. Y los papás de Marta no saben nada. Cuando don Toño se dé cuenta…

 

D. CATALINA: Ufff. Con lo arrecho que es… le va a querer cortar las maracas a Pedro.

 

D. VIVIANA: ¡Mamá!

 

D. CATALINA: Bueno, pero no lo vamos a dejar…

 

PEDRO: (Entrando.) Buenas tardes. (Las tres mujeres lo miran. Todos quedan congelados por un instante.)

 

D. VIVIANA: (Finalmente.) ¡Tenemos que hablar!

 

PEDRO: Bueno… ¿De qué querés que hablemos?

 

D. VIVIANA: De qué se te ocurre que deberíamos hablar. (Pausa. Pedro ve a la abuela y ella se vuelve hacia el periódico. Ve a Mariely y ella se concentra en los frijoles.)

 

PEDRO: Me imagino que de algún chisme que te contó Mariely.

 

MARIELY: ¡Yooooooo! Yo no he dicho nada.

 

D. VIVIANA: Ya veremos si son chismes. (Indicándole con la mano de forma imperativa.) Vamos a mi cuarto. (Sale primero Pedro y lo sigue Viviana. Pausa.)

 

D. CATALINA: (Como en un susurro.) Voy a ser ¡bisabuela!

 

Doña Catalina y Mariely se ven la una a la otra, ambas se levantan de sus sillas, se vuelven cómplices la una de la otra. Mariela le pasa la paila a la abuela, Toma el mantel y se lo coloca como si fuera una capa con la que se cubre. Las dos salen en puntillas siguiendo a Pedro y Viviana.

 

ESCENA VI.

MARTA, KARINA Y JUANA.

Camino a la consulta.

 

JUANA: ¿Y entonces? ¿Vas a ir a llamar a tu mamá para que te acompañe?

 

MARTA: No, no me atrevo.

 

KARINA: Pero el doctor no va a querer decir nada si ella no te acompaña.

 

MARTA: Sí, ya sé. Pero… No sé… Primero voy a tratar de averiguar algo…

 

JUANA: Y de qué te va a servir. Yo que vos, mejor le diría de una vez a mí mamá que me acompañe.

 

MARTA: Pues entonces mejor voy sola. Por seguir los consejos de ustedes es que…

 

KARINA: ¡Ah no! Eso sí que no. Si hubieras seguido nuestro consejo esto no te estuviera pasando.

 

MARTA: ¿Y quiénes dijeron? “Ya tenemos 15”… “Y yo 16”… “No deberías perderlo por negarle”… Miren ahora en el lío que stoy metida.

 

JUANA: Bueno, pase lo que pase, ya sabés que podés contar con nosotras… en lo que podamos ayudarte.

 

MARTA: No va a ser necesario. Mí papá me va a matar.

 

KARINA: No creo. Tu mamá no lo va a dejar. Lo mismo le paso a mi prima. Y al final allí está viviendo con mis tíos.

 

MARTA: Como sea. Pero yo tenía tantas ganas de seguir estudiando y ahora con un hijo… Bueno voy a ver que puedo averiguar por mi cuenta, si no hay remedio, voy a ir por mi mamá.

 

JUANA: ¡Vamos! Te acompañamos hasta el portón. (Salen.)

 

ESCENA VII.

MARTA Y EL DOCTOR.

La segunda consulta. El descubrimiento.

 

Entra el doctor, trae algunos papeles y expedientes. Se sienta y comienza a revisar un expediente.

 

MARTA: (Asomándose) Buenas tardes doctor.

 

DOCTOR: Buenas tardes Marta, Te estaba esperando, (señala el fólder con el expediente.) Ya tengo los resultados. ¿Vino tu mamá con vos?

 

MARTA: No, todavía no ha venido, no debe tardar.

 

DOCTOR: Bueno, entonces me avisás en cuanto venga. Solo voy un momentito a la cocina por un café. (Marta no se mueve.) Sentáte allá afuera para que la esperés. (Marta sale. El doctor toma varios papeles y los coloca dentro de un folder. Luego sale por donde salió Marta. Saliendo.) Ya regreso.

 

Después de un instante. Marta se asoma. Observa en todas direcciones asegurándose de que nadie la vea. Llega hasta el escritorio. Con mucho miedo acerca y abre el folder. Finalmente se decide a leer. Se lleva las manos a la cara y comienza a llorar, quisiera gritar pero se contiene. Retrocede. Tropieza con una de las sillas. Comienza a salir, camina muy aprisa, casi en la puerta se topa con el Doctor que regresa con una taza de café, lo esquiva y corre.

 

DOCTOR: (Gritando.) ¡Marta! (Se queda quieto por un instante, luego regresa al escritorio y observa que el expediente está abierto. Lo cierra, lo toma y sale con él.)

 

ESCENA VIII.

MARTA, DOÑA ANA, DON TOÑO, DON PEDRO.

Se destapa la olla.

 

Entra don Toño y coloca el mantel sobre la mesa, atrás viene doña Ana con dos tazas de café y unos bollitos de pan dulce. Los coloca sobre la mesa. Ambos se sientan a saborear café con pan.

 

DON TOÑO: Hummm. ¡Qué rico!… Hace días no conseguíamos un café tan bueno.

 

DOÑA ANA: ¿Sí, verdad?

 

DON TOÑO: Después de esto voy a llamar a Ceiba para que mi hermano me mande los repuestos para arreglar el lava trastos. Pensaba ir yo, pero no hay necesidad de tanto gasto.

 

DOÑA ANA: Vaya, esta vez si tenés razón.

 

Marta entra apresuradamente, viene llorando a mares, corre a donde doña Ana y la abraza.

 

MARTA: Perdóneme mamita, perdóneme… perdóneme. (Doña Ana y Don Toño se queda paralizados, sin entender lo que pasa.) Usted también perdóneme papito, perdóneme…

 

DOÑA ANA: Pero, ¿qué te pasa?, ¿qué fue?

 

MARTA: (Continua abrazada a su madre.) Perdónenme, por favor, perdónenme…

 

DON TOÑO: ¡Vaya! ¿Y a esta loca qué le pasa? ¿Qué fue?

 

MARTA: Yo no quería… No fue mi intención… Perdónenme…

 

DOÑA ANA: ¡Dios Todopoderoso! Pero, ¿qué te vamos a perdonar si no nos decís qué pasa? (Marta sigue llorando y pidiendo perdón. Por un costado se asoman Rossy, Gérman y Antonia, asombrados de ver a su hermana.)

 

DON TOÑO: (Gritando, trata de separarla de Doña Ana.) ¿Bueno, pero qué diablos te pasa a vos? (Usa más fuerza.) ¿Qué hiciste? ¡Contestáme! (Ahora Marta se abraza a los pies de su papá.)

 

MARTA: No me vaya a pegar papito, perdóneme, por favor… perdóneme.

 

DON TOÑO: (Continúa gritando, trata de levantarla.) Pero… ¿qué fue lo que hiciste? ¿Ah? ¡Contestáme!

 

DOÑA ANA: (Gritando.) Ya, ya… ¡No le grités, dejála! Dejála por favor… (Doña Ana toma a Marta cariñosamente, la abraza hasta lograr que se levante, coloca dos sillas, una junto a la otra, sienta a Marta en una y ella se sienta en la otra, de forma que siempre puede tenerla abrazada.)

 

DON TOÑO:   (Se da cuenta que los otros muchachos están viendo lo que pasa. Gritándo.) ¡¿Y ustedes qué miran, ah?! (Amaga con quitarse la faja.) ¡Vayan para afuera! ¡A jugar afuera! (Los muchachos salen corriendo. Marta continúa pidiendo perdón, ahora en voz muy baja.)

 

DOÑA ANA: (Exaltada.) ¡Ya Toño por Dios!… Todo lo querés resolver con fajazos y con gritos. Por una vez en la vida… ¡¿Querés calmarte?! (A Marta.) Marta… Marta, escucháme… escucháme hija… (Marta finalmente le dirige la mirada.) Por supuesto que estamos dispuestos a perdonarte, pero necesitamos saber de qué se trata. (Marta trata de hablar pero no puede articular las palabras, son sólo balbuceos.)

 

DON TOÑO: ¿Vos entendés qué diablos está diciendo?

 

DOÑA ANA: (A Don Toño.) Toño, andá y trae un vaso con agua. (Don Toño Sale.) Hija… calmáte… Podés contarme lo que sea… pero tenés que estar calmada, sino no podemos entenderte… (Don Toño regresa con el agua y se la pasa a Doña Ana, ésta le da de beber a Marta.) Vamos… Tomá un poco… (Marta se va calmando poco a poco.) Eso es… ahora contános… ¿Qué pasó?

 

MARTA: (Hablando con dificultad.) Estoy enferma…

 

DON TOÑO: ¿Qué dice?

 

DOÑA ANA: Dice que está enferma… ¿Es lo del estómago, seguís con la vasca? (Marta balbucea y afirma y niega alternadamente con la cabeza.)

 

DON TOÑO: ¿Y ahora qué dice?

 

DOÑA ANA: No entiendo, dice que sí y que no. Hija… Hija… calmáte. A ver decínos. ¿Qué es lo que tenés?

 

MARTA: (Con dificultad, llorando.) Veya…che… tengo veya…che… (Doña Ana le toma la cara con sus manos y la ve a los ojos.)

 

DON TOÑO: ¿Bell? ¿Bella, qué decís muchacha?

 

DOÑA ANA: Toño… Marta no dijo bella.

 

DON TOÑO: ¿Ah no?

 

DOÑA ANA: No… dijo VIH.

 

DON TOÑO: Ahhhhhhhhhhhh. VI… ¡¿Qué?! (Se acerca a Marta.)

 

MARTA: (Se abraza con fuerza a su mamá.) ¡No me pegue papá, no me pegue… perdóneme!

 

DOÑA ANA: ¡Quieto Toño! ¡Te prohíbo que le pongás un dedo encima!

 

DON TOÑO: ¡Pero es que…!

 

DOÑA ANA:   (Sólo levanta su mano para callarlo, Toño está furioso pero se contiene.) Tranquila mi niña, tu papá no va a pegarte, te lo prometo. (Pausa.) Ahora a ver, contános. ¿Qué pasó?

 

MARTA: Es que Pedro y yo…

 

DON TOÑO: ¡Pedro! Pedro… el vecino, le voy a…

 

DOÑA ANA: (Enérgica.) ¡Antonio! ¡Quieto! ¡¿Te podés estar quieto… y callado?! Antes de hacer algo, vamos a escucharla. (Cariñosa.) Siga… mija… ¿Qué más? ¿Por qué decís eso?

 

MARTA: Porque yo… miré el examen que tenía el doctor… en el centro de salud.

 

DOÑA ANA: ¡Dios mío! (Pausa.)

 

PEDRO: (Se asoma. Sólo ve a Doña Ana y a Marta.) Doña Ana.

 

DOÑA ANA: ¡Pedro!

 

DON TOÑO: (Furioso.) ¡Pedro! ¡Este es el degenerado que…! (Corre a agarrar  a Pedro. Pedro reacciona y corre antes de que Don Toño lo atrape, ambos salen de escena.)

 

DOÑA ANA: (Se levanta tras ellos.) ¡Toño! ¡Toño, no! (Marta comienza a llorar con fuerza. Doña Ana va hacia ella.) ¡Marta, tranquila! (Regresa a la entrada.) ¡Toño! ¡Dios mío!

 

MARTA: (Llorando.) ¡Lo va a matar! Perdónenme, mamá…

 

DOÑA ANA: ¡No! No mi niña, no, calmáte… ¡Toño, dejálo!

 

DON TOÑO: (Trae a Pedro atrapado con una llave.) ¿Te das cuenta de lo que le hiciste a mi hija? ¿Ah?

 

DOÑA ANA: ¡Toño, dejálo!

 

MARTA: ¡No lo mate papá, por favor… no lo mate!

 

DON TOÑO: ¡¿Sabés lo que te voy a hacer?!

 

DOÑA ANA: ¡Toño, no, no!

 

ESCENA IX.

MARTA, PEDRO, DOÑA ANA, DON TOÑO, DOÑA VIVIANA, DOÑA CATALINA.

Reunión familiar. Juicio y Condena.

 

D. CATALINA: (Entrando, amenazando a Don Toño con el bastón.) ¡Suelte a mi nieto! O no respondo de mí. (Tras de ella vienen Doña Viviana y Mariely.)

 

D. VIVIANA: ¡Mamá, por favor!

 

DON TOÑO: ¿Sabe lo qué le voy a hacer a su nieto?

 

D. CATALINA: Antes de que le ponga la mano encima. ¡Yo le corto las maracas a usted!

 

D. VIVIANA: ¡Mamá!

 

MARIELY: ¡Ésa es mi abuelaaaaaaaaaaaaaaa!

 

D. VIVIANA: ¡Mariely!

 

DON TOÑO: (Muy enojado.) Mire doña Cata, no crea que por los años que tiene…

 

DOÑA ANA: ¡Toño, ya basta! ¡Por favor! ¿Quieren todos calmarse un momento? (Hay una pausa larga, Marta continua llorando en suaves sollozos, Pedro está muerto de miedo, todavía en poder de Don Toño. Doña Catalina sostiene su bastón en alto amenazando a Don Toño.) No vamos a resolver nada con gritos ni amenazas.

 

D. VIVIANA: Estoy de acuerdo con doña Ana, a nosotras esto nos da mucha pena y nos preocupa mucho más, pero quiero que sepan que ya lo hemos platicado. Pedro sabrá responder por el bebé. (Pausa. Todos quedan quietos.)

 

D. CATALINA: Y si él no responde, respondo yo. (Nueva pausa.)

 

D. TOÑO: (Con dificultad, conteniendo su furia.) ¿…Qué bebé?

 

MARIELY: ¿No sabían del bebé?

 

D. CATALINA: ¡Voy a ser bisabuela…!

 

D. VIVIANA: ¡Mamá!

 

D. CATALINA: Ya sé que esto está mal, pero… (Marta rompe a llorar fuerte.)

 

DOÑA ANA: (Abrazando a Marta.) ¿Estás embarazada? (Marta afirma con la cabeza.)

 

DON TOÑO: (Amaga con golpear a Pedro.) Ahora va a ver este infeliz…

 

DOÑA ANA, DOÑA VIVIANA: ¡Quieto!

 

MARTA: ¡No lo mate, no lo mate! (Don Toño suelta a Pedro, este se acerca a Marta.)

 

DON TOÑO:   (Calmado, pero amenazante.) ¡No la toqués! (Pedro se va al lado de su abuela.)

 

MARIELY:      Ufff. ¡Esto está calieeeeeeeeeeeeeeeeeente!

 

DOÑA ANA: Parece que hay algo que ustedes no saben…

 

D. VIVIANA: ¿Qué cosa?

 

DOÑA ANA: (Habla despacio.) Marta, y por lo tanto Pedro… tienen VIH. (Pausa)

 

MARIELY: A la gran…

 

D. VIVIANA: ¡Mariely!

 

D. CATALINA: Eso está peor. (Doña Viviana y Doña Catalina ven a Pedro.)

 

PEDRO: (Sorprendido.) Les juro que yo no sabía…

 

D. VIVIANA:   (A Doña Ana.) ¿Esta segura?

 

DOÑA ANA:   Marta vio el resultado de la prueba en el centro de salud.

 

D. VIVIANA: No se qué decir…

 

DON TOÑO: ¡Pero yo sí!

 

DOÑA ANA: ¡Toño, no…!

 

DON TOÑO: No te preocupés, estoy tranquilo. (A Doña Catalina.) Baje el bastón señora. No voy a golpear a nadie. Se lo juro. (Respira profundo.) Marta hija… No voy a negarte, que todo esto me ha decepcionado mucho, no lo esperaba… pero… tampoco puedo odiarte por eso. Ya sé que he sido cascarrabias. Pero en todos estos años, lo cierto es que me he dedicado por entero a mi familia, no he conocido a otra mujer, y me siento orgulloso de ello. Yo sé que el ser fiel, no me hace menos hombre, al contrario… por eso nunca he tenido esos problemas.

 

D. CATALINA: ¡Bien dicho!

 

D. VIVIANA: ¡Shhh, mamá!

 

DON TOÑO: Así que, Pedro: vos has infectado con el VIH a mi hija, y además la embarazaste. Y según tu mamá y tu abuela, estás dispuesto a asumir la responsabilidad. ¿No es cierto?

 

PEDRO: Así es, don Toño. Yo amo a Marta, y voy a hacerme responsable

 

DON TOÑO: Bien… entonces a partir de ahora, y aunque también sos casi un niño, cuidarás de Marta y de la criatura que va a nacer. Porque si no… ni Ana, ni tu mamá, ni tu abuela con todo y su bastón, van a poder evitar que yo te… ¿Entendés?

 

PEDRO: Sí, señor, claro que entiendo.

 

ESCENA X.

TODOS LOS ANTERIORES Y EL DOCTOR.

La verdad.

 

DOCTOR: (Asomándose.) Buenas tardes…

 

DOÑA ANA: Buenas tardes. ¿En qué puedo servirle? (Pausa.) En realidad ahora no…

 

DOCTOR: (Dando unos pasos hacia el interior.) Soy el Doctor Ramón Espinal, el nuevo médico a cargo del centro de salud.

 

DOÑA ANA: Ah, disculpe… Pase adelante, por favor (Le acerca una silla.) Tome asiento.

 

DOCTOR: Gracias. Veo que… me imagino que ya están enterados de…

 

D. VIVIANA: Sí doctor.

 

DOCTOR: A ver. Marta… (A Doña Ana.) Usted debe ser, su madre.

 

DOÑA ANA: Sí doctor, soy Ana de Cacho a sus órdenes.

 

DOCTOR: Y este muchacho debe ser Pedro. El futuro papá. (Don Toño, llama la atención aclarándose la garganta.) Si no me equivoco, usted es… (Abre el expediente y lee.) Don Antonio, el papá de Marta.

 

DON TOÑO: Así es doctor, soy Antonio Cacho a sus órdenes también.

 

D. CATALINA: Y yo soy la futura bisabuela Catalina… mis amigos me dicen Cata. Y ella es mi hija Viviana, madre de Pedro, y esta jovencita es Mariely, su hermana… hermana de Pedro, no de usted.

 

DOCTOR: (Riendo.) Claro. Pues bien… (Serio.) Perdonen que haya venido hasta aquí, pero dado que esta jovencita salió corriendo del centro de salud, pues decidí venir a buscarla. Por suerte es una comunidad pequeña, así que no me costó mucho trabajo encontrarla.

 

DOÑA ANA: Discúlpela doctor, usted entiende que ella esta muy nerviosa, es joven y…

 

DOCTOR: Sí, sí lo entiendo. No se preocupe usted, y me alegro encontrarlos juntos… y tranquilos.

 

D. CATALINA: Si hubiera llegado hace 10 minutos… hubiera visto…

 

D. VIVIANA: ¡Mamá!

 

DOCTOR: En todo caso, (A Doña Ana.) espero que mañana Marta y usted se presenten a consulta. (Señalando a Pedro.) También convendría que el futuro papá las acompañara. Hay que hacerle un examen ginecológico y darle las instrucciones para el control prenatal. Así todo saldrá bien.

 

DOÑA ANA:   Allí estaremos doctor, sin falta.

 

D. VIVIANA: Disculpe doctor. Con respecto a lo otro, ¿qué tenemos que hacer?

 

DOCTOR: ¿Lo otro?

 

D. VIVIANA: Sí… lo del VIH.

 

DOCTOR: Disculpe, pero… no sé de qué me habla.

 

DOÑA ANA: Marta… dice que vio la hoja con el resultado del examen, y que es positivo.

 

DOCTOR: ¿Ah sí? ¿Viste los documentos que estaban en mi escritorio?

 

D. CATALINA: Tiene razón, eso no está bien.

 

DOCTOR: Debe haber visto otro resultado. A Marta no le hemos hecho la prueba del VIH, para eso debe recibir consejería. Además la prueba es voluntaria y nosotros no hemos hablado de eso todavía.

 

Todos dan un respiro de alivio. Como si se les hubiera quitado un gran peso de encima. Doña Ana se persigna y abraza a Marta. Doña Viviana abraza a Pedro. Doña Catalina le da una palmadita en el hombro a Mariely, luego va y abraza al doctor.

 

DOÑA ANA: ¡Gracias a Dios! No tiene idea de lo que hemos sufrido.

 

DOCTOR: No crea, sé que es algo muy difícil, y cada día más personas se infectan con el VIH.

 

Mariely comienza a llorar.

 

D. VIVIANA: ¿Y vos por qué llorás?

 

MARIELY: No sé… me parece que al final alguien tiene que llorar. (Doña Viviana la abraza.)

 

ESCENA XI.

TODOS. Hay que aprender la lección.

 

A Medida que les toca hablar, los actores y actrices se acercan al frente del escenario, pero ya no como personajes, sino como ellos mismos.

 

DOCTOR: Llorar no es suficiente, los jóvenes debemos aprender a esperar el momento apropiado para iniciarnos en la sexualidad, que nos guste o no, conlleva muchas responsabilidades.

 

DON TOÑO: Los papás y las mamás deben aprender a comunicarse mejor con sus hijos.

 

ROSSY: Y los hijos deben estar atentos, a recibir el consejo y aprender de las experiencias de vida de sus padres.

 

DOÑA VIVIANA: Marta y Pedro tuvieron mucha suerte esta vez. Es misión de todos ayudar a prevenir el VIH.

 

PEDRO: Pedro tuvo que hacerse hombre de golpe, perdiendo muchas oportunidades y vivencias propias de un joven.

 

MARTA: Marta tuvo que interrumpir sus estudios, y dio a luz a una hermosa niña…

 

DOÑA CATALINA: Le pusieron por nombre: Catalina, como la bisabuela.

 

MARIELY: Nosotros somos el grupo de teatro _______________

 

GERMAN: Y estamos dispuestos y comprometidos a luchar contra el VIH y el SIDA

 

ANTONIA: Ojala que ustedes también.

 

TODOS: Muchas gracias (Saludan al público.)

 

FIN


 

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